Siempre despreciada, maldecida, nunca comprendida.
Eres el terror espantoso de nuestra era.
“Naufragio de todo orden”, grita la multitud,
“Eres tú y la guerra y el infinito coraje del asesinato.”Oh, deja que lloren. Para esos que nunca han buscado
La verdad que yace detrás de la palabra,
para ellos la definición correcta de la palabra no les fue dada.
Continuarán ciegos entre los ciegos.Pero tú, oh palabra, tan clara, tan fuerte, tan pura,
tú dices todo lo que yo, por meta, he tomado.
¡Te entrego al futuro! Tú estarás segura
cuando uno, al final, por sí mismo, despierte. ¿Vendrá en la solana del atardecer?
¿En la emoción de la tempestad?
No puedo decirlo, ¡pero la Tierra la podrá ver!
¡Soy anarquista! Por lo que no gobernaré,
y ¡tampoco seré gobernado!— John Henry Mackay
La palabra anarquía, desde siempre, ha sido usada como sinónimo de desorden, caos y destrucción. Esta idea es aún vigente en la cultura popular, y todavía muchas personas asocian esta palabra con la ausencia total del orden, pero a todas estas… ¿Qué realmente es la anarquía?
La palabra anarquía viene del griego “an” (αν) que significa sin y “arquía” (αρχία) que significa poder o mando, es decir, la vida de un pueblo o comunidad que se rige sin autoridad, sin gobierno. Para los anarquistas, la anarquía no representa caos o falta de orden, sino la ausencia de un ente o institución que suprime la autonomía del individuo y de la comunidad. En lugar de la centralización del poder, los anarquistas buscan una libre organización y cooperación, sin la necesidad de instituciones autoritarias.
Los anarquistas generalmente dicen buscar la abolición del estado, y este lo podemos definir como el sistema de instituciones políticas, legislativas, judiciales, militares y financieras que le arrebatan a las personas la habilidad de manejar sus propias vidas. En lugar de esto, el poder se le es dado a unos cuantos que nos imponen leyes a todos por medio de coerción. En una frase, podemos decir que los anarquistas buscan abolir tales sistemas y así crear una sociedad de individuos libres.
El gobierno
¿Qué es el gobierno? Para algunos, es una representación abstracta de poder social, nosotros vamos a definir al gobierno, como una asamblea concreta de dirigentes como reyes, presidentes, ministros y legisladores, que imponen su autoridad sobre las masas. Todos estos lo que hacen es explotar física, intelectual y económicamente a los recursos y las personas para imponer su voluntad en la sociedad. Podemos decir que el propósito del gobierno, es el de dominar. Entonces, ¿por qué tenemos que dar nuestra libertad e iniciativa a un puñado de individuos? ¿Es que acaso ellos se hallan tan excepcionalmente dotados que puedan sustituir a la masa y proveer a nuestros intereses, mejor que nosotros mismos los interesados? ¿Son tan infalibles e incorruptibles que se les pueda confiar con la suerte de cada uno y de todos?
No hay seres tan nobles ni capaces para hacerse sobre el poder de cada uno de nosotros, si los gobernados están en descontento, no les queda otro recurso más que la lucha para liberarse del yugo. La justificación para esta estructura nace por la idea de que los conflictos de interés necesitan un gobierno para así definir unos derechos y deberes. Esa es la teoría, históricamente, el gobierno es o un ente que impone su dominación por medio de la brutalidad, o una herramienta para ayudar a mantener el privilegio a unos cuantos – ya sea por medio de la fuerza, astucia, o herencia – de monopolizar recursos esenciales, como la tierra.
Este ciclo asegura que todos esos dirigentes mantengan su poder por medio del apoyo de unos cuantos privilegiados, mientras las masas se las arreglan por ellas mismas. El estado, en lugar de ser un ente neutral que busca el bienestar de su pueblo, se vuelve un guardián de los propietarios y sus intereses. Independientemente de su forma u origen, el gobierno consiste en no más que explotar y oprimir la mayoría por el beneficio de una minoría. Todo en manos del gobierno se convierte en medio de explotación, todo se reduce a instituciones de policía para mantener encadenado al pueblo.
La solución
Los anarquistas proponen una alternativa fundamentada en la solidaridad. La verdadera libertad es encontrada en el reconocimiento mutuo de derechos, mi libertad no está limitada por la tuya, sino que es un complemento a la mía para que así sea más fuerte, la libertad se convierte en privilegio cuando existe solo para unos cuantos. Si la sociedad estuviera colectivamente organizada y las desigualdades fueran eliminadas, la idea de gobierno perdería su relevancia. Esta no es una visión de caos y destrucción, sino una harmoniosa sociedad de solidaridad y fraternidad – una comunidad de iguales.
Las personas con un pensamiento más autoritario cuestionan como los servicios esenciales – como la distribución de comida, higiene, o resolución de conflictos – funcionarían sin un ente central de autoridad. La anarquía sugiere una organización voluntaria y colectiva basada en la solidaridad, autogestión y apoyo mutuo. Los principios éticos y la educación, en lugar de la coerción, se encargarían de disputas y comportamientos antisociales. El objetivo es erradicar la dominación y explotación, asegurando que todos estén interesados en el bien común.
En cuánto a los crímenes – y esto está más que asegurado – se hará todo lo posible para evitarlos, y en cuánto a personas que exhiban comportamientos antisociales, como criminales, se propone un enfoque fundamentado en la educación, cuidado, y reforzamiento de valores comunales. En lugar de medidas punitivas, el objetivo será centrado en entender las causas de este comportamiento – sea alienación social, necesidades insatisfechas, o la falta de oportunidad – y resolverlas por medio de la inclusión, mentoría, y sistemas de apoyo. Al fomentar la empatía, sentimiento de pertenencia, y al equipar individuos con habilidades y perspectivas alineadas con un estilo de vida cooperativo, una sociedad anarquista busca rehabilitar en lugar de condenar. Este método busca no solo prevenir el daño, sino también reintegrar los individuos como contribuidores activos al bienestar del colectivo.
En una sociedad sin propiedad privada, donde los intereses de todos se alineen con los de cada individuo, las personas actuarían – naturalmente – por el beneficio del colectivo. A diferencia del gobierno, que impone el poder, una administración anarquista delegaría tareas por medio de acuerdos libres.
Las preocupaciones sobre la guerra, policía y justicia se disuelve bajo una estructura anarquista. Sin gobiernos, la riqueza y los medios de producción le pertenecerían al pueblo, eliminando así las raíces del conflicto. Los anarquistas rechazan una libertad sin restricciones que oprime al débil, al contrario, busca una libertad fundamentada en la solidaridad.
La teoría y la práctica en cuánto al gobierno discrepan, ya que en lugar de trabajar por el bienestar de un pueblo, estos ejercen para defender un privilegio, tratando a las personas a las que gobiernan como adversarios. Esta es la razón por la que en nuestro sistema legal actual, en la cárcel, en lugar de haber criminales, hay personas que estorban en la sociedad, como los más pobres. La verdadera solución nace en una sociedad donde la explotación y dominación son imposibles. En tal mundo, todos los individuos tendrían acceso a los recursos, la educación, y la oportunidad de contribuir de forma significativa a una organización social.
La abolición del estado, no crearía nuevas capacidades, pero removerías las barreras que las detienen. Liberados de jerarquías e imposiciones, los individuos y las comunidades podrían organizar su educación, salud, y transportación de acuerdo a sus talentos y deseos. En una sociedad anarquista, cada contribución sería voluntaria, y cada acto, un paso más para el bienestar de la comunidad.
La anarquía, lejos de representar el caos, es la promesa de un mundo donde la solidaridad y la libertad son una sola.